domingo, 16 de octubre de 2016

Cosacos lobos...

Jarakternyky o jaracterniqui  - Козаки-характерники 

Como todos sabéis los cosacos forman una parte inherente de la Nación ucraniana. Estos “hombres libres”, que poblaron las estepas salvajes de nuestro territorio y llegaron a constituir un Estado propio, nos legaron un patrimonio cultural que bien puede ser considerado uno de los antecedentes más importantes de la actual nación ucraniana.

Entre ellos, nos encontramos a miembros que poseían poderes extraordinarios, o lo que es lo mismo: cosacos – jarakternyky o jaracterniqui (Козаки-характерники)




A primera vista pareciera que con este nombre nos referimos a personas con carácter fuerte, férreo; aunque se debe advertir que el término presenta una semántica más profunda.

En muchas de las fuentes el concepto “характерники” (jarakternyky), es mencionado como un derivado del griego: χαρακτηρ (jaracter – carácter) que literalmente significa: sello, impresión, y que de acuerdo a una parte de la psicología haría alusión al: conjunto de las reacciones de un individuo y sus comportamientos frente a situaciones externas.

A. Clos (А.Клос) afirma que debemos ir más allá del griego y buscar su significado sirviéndonos del sánscrito, porque en el territorio de la actual Ucrania, como ya es sabido habitaban tribus indoeuropeas y la semejanza entre el sánscrito, las lenguas bálticas y las lenguas eslavas, certifican un contacto muy cercano de estos pueblos en el pasado. El lexema “хара” (jara), traducido del sánscrito significa: energía de Dios. Es decir la energía de la que se valían los jarakternyky. El término “хара” (jara) también podría ser entendido como aquellos que poseen el “centro jara”, es decir, el centro de la energía. De aquí provendría la expresión “харакірі” (harakiri), es decir “la liberación de la energía viva, desde el centro jara hacia Iry”. Recordad que Iry (Ірий), es el nombre que se le adjudica al paraíso en la mitología eslava y aparece mencionado en numerosos documentos desde los tiempos de Rus de Kyiv, por ejemplo, en “los Sermones o Exhortaciones de Volodymyr Monomaj o Volodymyr II Monómaco” (Володимир Мономах – “Поучення”). Mientras que la desinencia, o la segunda parte del término en cuestión “ник” (nik), se define a partir del dialecto de Galitzia (Галичина) y significa: observar, poseer, saber, conservar.

Así que, de acuerdo a esta hipótesis, la cual tiene preponderancia entre los investigadores (hemos omitido otras 16 posibles etimologías del nombre por no considerarlas acorde a este trabajo de divulgación y por juzgar que están más alejadas del fenómenos que nos interesa), al referirnos a los “характерники” (jarakternyky), hacemos alusión a “quien posee la energía de Dios”.




A continuación surge la siguiente cuestión: ¿En que se traducía o se traduce esta energía divina?

Los “характерники” (jarakternyky), según sabemos de acuerdo a diversas fuentes, no sentían frío en los gélidos inviernos, podían sumergirse durante horas debajo del agua, se atestigua que las balas no hacían daño a sus cuerpos, tenían conocimientos de hipnosis, hablaban muchas lenguas extranjeras, aunque uno de sus atributos más curiosos y portentosos era la capacidad que poseían estos cosacos de convertirse en lobos. 




En general, el culto legendario del guerrero lobo entraría de forma muy profunda a formar parte de la mitología cosaca. Así por ejemplo en las leyendas ucranianas sobre los hombres lobos, a menudo nos encontramos con la figura de San Jorge, quien se consideraba el heredero, dentro del cristianismo de la antigua Ucrania, del Dios de la guerra. Algunos estudiosos de la fenomenología de la religión antigua, asocian la imagen del Capadocio con el antiguo dios eslavo del paganismo: Perún (Перун), que entre otros atributos, tenía el de dios de la guerra, como sus equivalentes: Zeus y Júpiter, deidades griega y romana, respectivamente. Incluso si observáis alguna imagen de esta deidad eslava, además de las habituales postales con el hacha o la espada en sus manos, también es posible verlo con una lanza, como a posteriori observaremos en las estampas de San Jorge. Además sabemos por la hagiografía (historia de las vidas de los santos) que una de los atributos del santo cristiano, es precisamente, el ser protector de los lobos, entre otros.




En la actualidad sabemos con certitud que la mayoría de los jarakternyky practicaban cultos paganos. Aunque  Rus de Kyiv, a partir del año 988 (fecha convencional y estimativa) adoptó el cristianismo, los dioses paganos y sus respectivos cultos no dejarían de estar presentes en el pueblo ucraniano, habida cuenta de los vacíos de poder que más tarde se sucederían y de las sucesivas invasiones de pueblos no cristianos, entre otros fenómenos. Sobre el hecho de la presencia de un culto pagano entre estos cosacos,  el académico D. Yavornytsky (Д. Яворницький)  nos dice que: “La leyenda cuenta que un añejo y santo roble, era el lugar donde se congregaban los pobladores de Zaporizhzhia y las radas de éstos destinadas a debatir las cuestiones políticas y sociales; y debajo del roble podían oírse las suplicas de los cosacos. En 1775 después de las fiestas de la Trinidad, los cosacos por última vez mostraron respeto al roble santo, bebieron varios barriles de gorilka (горілка) – vodka -, y bailaron el kosachok (козачок)”.




Valga la aclaración que cuando el autor se refiere a los habitantes de Zaporizhzhia, se refiere a los cosacos que habitaban en la Sich de Zaporizhzhia, el centro geográfico de los cosacos en la región homónima. Además por Sich de Zaporizhzhia entendemos la organización que tuvo lugar entre los siglos XVI al XVIII, organización que sería desmantelada en el año 1775, y de allí el significado de la leyenda sobre la última suplica debajo del árbol que arriba se mencionó. Los cosacos en ese entonces, habitaban sobre todo, aunque no exclusivamente, en una isla del Dniéper, próxima a la actual ciudad de Zaporizhzhia, denominada: Jórtytsya o Jórtytsia (Хортиця).





Otra prueba que constata el paganismo entre este grupo de cosacos, es que ellos nunca fueron enterrados por los sacerdotes cristianos. Y los habitantes de Zaporizhzhia los enterraban de una manera particular, alejada del rito cristiano.

Como cuentan las leyendas algunos jarakternyky, después de muertos, eran perforados en sus pechos mediante una estaca. El extraño ritual se practicaba con la finalidad que no resucitaran el día del juicio final. Muy a menudo estos cosacos eran sepultados boca abajo, por una tradición surgida en los tiempos de los escitas. Según S. Bessonova (С. Бессонова) de esta manera enterraban “a las personas peligrosas y malignas, las cuales no se deseaba que resucitaran un día. Así los cuerpos eran depositados cara abajo, para que el sol no los tocara con su luz vivificante”.

Las personas creían que estos personajes dentro de los cosacos, eran verdaderos magos, mientras que el clero de la época sólo veía en ellos, a hombres poseídos por el demonio.




Además en el aspecto sociológico hay que tener en cuenta que los jarakternyky eran representantes de la clase más alta entre los cosacos. Además se trataba de hombres, como ya se mencionó que poseían dotes mágicas y se debe añadir que poseían también, conocimientos secretos del arte de la guerra.

Algunos antropólogos e historiadores consideran que eran dueños de un arte tal de mimetizarse con la naturaleza, que llegaban a confundirse con ella, sin que por ello tuvieran en realidad poderes mágicos. Sea como fuere, los jarakternyky enseñaban al resto de los cosacos, las normas y reglas de la naturaleza, y a utilizarlas en su favor. En este sentido serían predecesores de la máxima que mucho tiempo después el filósofo F. Bacon popularizaría: “Hay que conocer la naturaleza para dominarla”, aunque estos avanzados cosacos, evidentemente, no lo postulaban en un sentido de dominación técnica y de aprovechamiento económica, sino que el dominio de ellos en un sentido lato, era espiritual.

En el aspecto político, no debemos omitir que ellos conformaban el estrato más alto en la Rada (Asambleas populares donde se discutían los asuntos públicos)

Tal vez, el ejemplo más clarificador y legítimo de un guerrero jarakternyky, lo encontramos en la figura del Otamán o Atamán, Iván Sirkó (Іван Сірко). La figura del Otamán representaba el rango militar más alto entre los cosacos de la Sich Zaporizhzhia. 




Él lograría convertirse en un símbolo poético y legendario de la bravura y la nobleza, en el folclore ucraniano. Según las leyendas, se trataba de un gran jarakternyky, al cual los tártaros llamaron: Shaitán (шайтан), es decir, el diablo. Además se cuenta que él podía hipnotizar a sus enemigos, tenía el don de la premonición, las vainas de los sables no lograban herirlo, era muy fuerte y longevo, y sobre todo que poseía facultades que le otorgaban la posibilidad de convertirse en lobo. Y lo curioso es que si observamos la etimología de su apellido, encontramos una relación directa con este último fenómeno: Сірко (Sirkó) – сірий (siry) = gris, es decir, el color con el que normalmente identificamos a estos animales. Algunos filólogos opinan que en realidad, el apellido se trataba de un “alias” y que se le adjudicó ex profeso por su potestad de transformarse en lobo, aunque esto es una mera hipótesis sustentada principalmente en una afamada leyenda, que a continuación os vamos a exponer.



Sobre la persona de Sirkó existen innumerables leyendas. Una de ellas cuenta que en el siglo XVII, en un pequeño pueblo de cosacos, nació un bebé llamado Iván. En el momento de la gestación las comadronas empezaron a gritar y la mamá perdió la conciencia, incluso el sacerdote que había acudido al parto abandonó el lugar. El recién nacido no gritaba, sino que echado se limitaba a comer un trozo de tarta, ya que había nacido con dientes. Hay que tener en cuenta que en la creencia popular ucraniana, el niño que nacía con dientes, era sinónimo de un futuro asesino, un depredador de seres humanos. Los parroquianos opinaron que debía ser ejecutado, pero su padre finalmente lograría salvarlo. Exponiéndolo a la muchedumbre que se había acercado a pedir su ejecución, les dijo: este niño con sus dientes, morderá, sí, pero morderá a nuestros enemigos.

Al crecer, el pequeño ya manifestaba acciones paranormales, por ejemplo, se cuenta que cuando observaba un objeto, éste, sin ningún impulso externo se movía. Los parroquianos prohibían a sus hijos jugar con Iván, lo llamaban: el hijo del diablo. Aunque, Iván, en realidad era un niño débil y enfermo que no lograba comprender que sucedía en él. 

Aconteció cierta vez, que en la víspera de la fiesta de Iván Kupala (festividad eslava que se corresponde con de la noche de San Juan, es decir la conmemoración otrora pagana que coincidía con el solsticio de verano, y que luego se cristianizaría en honor del santo), el niño desapareció y sólo volvería a aparecer a los tres días, con su ropa destrozada y cicatrices en su cuerpo. Los vecinos a partir de este suceso, empezaron a especular que Iván había tenido un encuentro con el diablo, quien le había otorgado poderes extraordinarios. Desde ese momento comenzaron a cerrar sus jatas (casas típicas ucranianas) por las noches. Él, no explicó que había sucedido en realidad, aunque debajo de su camisa escondía un lobo pequeño. Pasado muchos años, Sirkó en persona les contaría a sus hijos que, durante muchos días, él había caminado desorientado por el bosque, y no recuerda que buscaba, pero lo que sí se había fijado en su memoria era una luna llena y un claro en el bosque donde yacía una loba. Loba que lo atacó y él a modo de defensa se prendería instintivamente de su cuello, hasta que en un momento donde reinó el silencio y tras un estado de conmoción, entendió que había matado con sus manos al animal. Y al retomar su conciencia, descubrió que al lado de la madre, yacía una temerosa cría. Y a partir de este momento, cuenta la leyenda, el mismo se adjudicó para sí el nombre de: “Sirkó”. Aunque esta hazaña desconocida por los vecinos, sólo logró aumentar el temor hacía su persona. Ese niño que jugaba apaciblemente con su lobito, pasaría a ser para el resto: un hombre lobo.



Cuando el párvulo tenía 12 años, harían aparición en su pueblo los cosacos de Zaporizhzhia, quienes relataron a los habitantes que detrás de los rápidos del Dniéper (recordad que Zaporizhzhia acorde a su etimología significa: tras los rápidos), se sitúa una isla llamada Jórtytsia, y quien lograra atravesar esos peligrosos rápidos, y a su vez, superar unos exigentes exámenes podría convertirse también él, en cosaco. En esa isla los magos jarakternyky, eran los encargados de tomar las pruebas. Iván al escuchar estas historias, comprendió que él también poseía estas fuerzas mágicas, y les solicitó que lo llevaran con ellos. Pero los cosacos no pudieron evitar sonrojarse y reír, ya que estas palabras provenían de un niño débil, pero igual le respondieron: si logras hacer lo que te hemos mencionado, amén de que eres un niño, te dejaremos con nosotros. 

Cuando este grupo de cosacos, tras mucho tiempo, regresó a la isla, no pudieron creer lo que veían. Delante de ellos, estaba ese débil niño del cual se habían reído en el pueblo. Al ser presentado ante los jarakternyky, se le expuso, entre otras, ante una prueba especial: debía correr por la noche en la oscuridad, sin saber de la existencia de un profundo acantilado en frente. Cuando el pupilo comprendió en el último momento que ya no estaba en tierra firme, en el preciso momento del salto, descubrió que era capaz de pasar a otra dimensión, y que éste nuevo estado de conciencia, le otorgaba posibilidades de ralentizar el tiempo, virtud que ellos (los jarakternyky) utilizaban de forma habitual para frenar los proyectiles y las flechas. Los jarakternyky para lograr en sus alumnos este estado de conciencia, les arrojaban agua fría, los ataban, y los exponían durante horas debajo del sol, y después durante la noche, los llevaban al bosque, donde imprevistamente los atacaban. Entonces, en ese estado de extenuación absoluta, los aprendices, manifestaban cualidades increíbles, entre ellas: convertirse en lobos…



Queréis saber más sobre este aguerrido cosaco y sus hazañas, los invitamos a leer la segunda parte de pronta aparición. Hasta entonces. 


*Bibliografía básica utilizada:

Аркас, М. Історія України-Русі. Київ: "Наш формат", 2015

Яворницький Д.І. Історія запорозьких козаків / Дмитро Яворницький: У 3-х т. – К.: Наукова думка, 1990. – Т.1.

Грушевський М. Історія України-Руси. том .7. козацькі часи — до року 1625

Кулиш П. Записки о Южной Руси / Пантелеймон Кулиш. – К.: Днипро, 1994. – 719 с. / Репринтне видання 1856 р. – Т.1 - 2.

Морозенко М. Іван Сірко, Великий Характерник: старого лева, 2010

Наливайко С. Давньоіндійські імена, назви, терміни: проекція на Україну: Довідник / Степан Наливайко. – К.: Вид. С.Наливайко, 2009.

**Agradecemos al Dr. Fabián Abdala Marzá, profesor especialista en lenguas eslavas y traductor hispano-argentino radicado en Ucrania, por habernos cedido este material que reproducimos y adaptamos sin fines de lucro y a efectos de divulgación académica. 

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